A principios del pasado mes de octubre se publicó una noticia en la que se trataba el tema de la comunicación entre padres y profesores por WhatsApp. Como siempre, cuando se habla de educación, colegios, padres y profesores se quedan cuestiones en el tintero que se deberían matizar a la hora de enjuiciar ciertos comportamientos, sobre todo lo venidos de los padres.
Indudablemente esta clase de comunicación impersonal está directamente unida a los irremediables, en muchos casos, malentendidos entre profesores y padres, y además aderezada con la mala costumbre que tenemos los humanos de querer que nos lo den todo hecho, o por lo menos poder aplicar la ley del mínimo esfuerzo. Deberes, eventos, reuniones…todo es comunicado por WhatsApp cuando compruebas que es la vía más rápida y sobre todo más cómoda para enmendar olvidos, tanto de padres como de los hijos, despojando a éstos de la oportunidad de desarrollar responsabilidades.
La noticia viene a decir que estos movimientos sociales hacen que los padres acabemos creando aquelarres contra los profesores precisamente por lo negativo que tiene estas redes sociales: el contexto en el que se escribe, la expresión y hasta la sintaxis de una frase pueden ser malentendidas, y si le sumamos compartir mensajes fuera de su contexto nos condenamos a un frenesí de pensamientos la mayoría de las veces equivocados.
Cierto es que los padres no podemos hacer la agenda de nuestros hijos porque como bien se dice en la noticia, le hacemos un flaco favor en lo que se refiere a su autonomía y a la responsabilidad que deben desarrollar, para hoy y para su futuro. Tampoco podemos estar queriendo saber a todas horas si nuestro hijo se ha tenido una pequeña caida en el patio, si se ha comido todo el desayuno, si ha estado tranquilo y colaborador, etc, y compresible puede llegar a ser que los profesores acaben saliéndose de los grupos de padres y hasta bloquearlos.….Pero todo esto,…..qué presupone?? Y ahí va mi cuestión…..
Esos hijos de los que se habla en la noticia, ¿¿¿tienen necesidades especiales???.
Una vez más caemos en generalizarlo todo.
Es fácil cuando tu hijo llega a casa o lo recoges en el cole y responde de una manera natural a … : ¿qué has hecho hoy?, ¿por qué no te has comido el desayuno?, ¿te has divertido?, ¿habrás trabajado bien, no??. Obtienes repuestas y entablas la conversación que te lleva a saber cómo ha sido aunque sea a grandes rasgos, su día en el cole.
Pero, ¿¿¿y si tu hijo no puede hablar o no puede contarte las cosas que le suceden??? Estoy de acuerdo con todo lo que se ha dicho en la noticia, y que el WhatsApp de debería usar de una manera más comedida y en casos urgentes, pero para muchos padres el WhatsApp ha sido y es LA VOZ DE NUESTROS HIJOS. Y os preguntareis, ¿por qué no usar la agenda viajera en la mochila? Pues porque la/el tutor/a de un aula de educación especial no puede sacar tiempo para escribir en 5 a 8 libretas viajeras para contarnos a los padres de unos niños que necesitan una atención personalizada y constante, si en dos días es la fiesta de navidad y se ha decidido vestirlos de angelitos. Porque ningún día de la vida escolar de estos niños es igual a otro. Porque se nos ha olvidado (somos humanos) decirle a la tutor/a al llevar al crío que esa noche no ha pegado ojo por alguna razón que ni siquiera sabemos y es por eso por lo que en algún momento del día se pondrá irascible y nervioso necesitando algo más de mano izquierda para poder trabajar con él. Porque es importante para nosotros los padres de niños con necesidades especiales saber cualquier detalle bueno o malo que haya ocurrido en la jornada para poder conversar con él/ella cuando llegamos a casa, aunque sea de una forma unidireccional, porque tu hijo no puede hablar. De alguna manera tendremos que saber estas cuestiones, no?
Desgraciadamente muchos padres entenderán lo que quiero decir con esta palabras. No pedimos más privilegios que los demás padres, nosotros somos los primeros que NO QUEREMOS SER “ESPECIALES”, pero la naturaleza, la genética o la divina providencia así lo quiso, y os aseguro que esto es un INMENSO DOLOR. Sólo pedimos saber como se ha desenvuelto tu hijo en el día porque cualquier detalle, incidente o improvisación que ocurra en la jornada puede afectar seriamente a su estado de ánimo, por lo que ese dato se convierte en imprescindible para poder desarrollar nuevas estrategias personalizadas de aprendizaje, emocionales o sociales tanto para ser usadas en el entorno educativo como en el familiar.
Es por eso por lo que en muchos casos la inmediatez y accesibilidad del WhatsApp lo ha convertido en una herramienta de comunicación vital para muchas familias con hijos con necesidades especiales.
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